lunes, 8 de junio de 2015

Sinopsis: Baraka


Son muy pocos los directores capaces de marcar un antes y un después en la vida de sus espectadores. Es un mérito, una virtud, pero sobre todo, un talento digno de pocos, de privilegiados. Y sin dudas, el cineasta Ron Fricke es uno de ellos.

El 16 de julio de 1993, sorprendió al cine con el estreno de Baraka, en el que el estadounidense no sólo es responsable de la inigualable fotografía – para la cual utilizó sus cámaras de 70 milímetros y otras técnicas de avanzada para la época – sino que también se hace cargo de la dirección, logrando crear un mundo donde la imagen se convierte en la palabra. Los paisajes son acompañados por una banda sonora perfectamente integrada, que logra aumentar aún más esta auténtica experiencia sensorial.

La película recorre todos los continentes y atraviesa veinticuatro países que incluyen desde exteriores diversos como China, Japón, Kuwait, Camboya, Irán y Nepal, junto con otros puntos importantes de Estados Unidos y Europa.

El título de la película alude a un término que proviene de la comunidad islámica Sufí, que puede traducirse como bendición divina o aliento de vida. A partir de este concepto, Ron Fricke desarrolla una poesía impresa en un largometraje único y particular, que conserva algunas características propias del formato documental.

Baraka obliga a ver el mundo de una forma inédita, desde otra perspectiva. A través de los distintos elementos que se presentan, se trata de mostrar la infinita diversidad cultural que existe actualmente. La pobreza y el vertiginoso ritmo de vida de las grandes urbes se ven contrastados con la paz predominante de las culturas más primitivas y ancestrales, en donde la espiritualidad aparece como el componente que distingue a la humanidad del resto de los seres vivos.

La postura crítica y concientizadora que se manifiesta en el largometraje evidencia la sobrevaloración de la evolución… ¿Es realmente señal del progreso? La destrucción como construcción de un nuevo orden, miserable y carente de belleza, parece ser, ni más ni menos, el espejo de nuestra historia como especie.

Caer en mis deducciones es un potencial acto de censura para su interpretación. Por eso, sin mediar más palabra, recomiendo esta película a todo aquel que desee observar al mundo en todo su esplendor. Disfrute de este regalo para los sentidos...


*Nota realizada para la materia "Historia Social General", dictada por el profesor Martín Paciulli, correspondiente al primer año en el Instituto de Periodismo DeporTEA.