sábado, 23 de enero de 2016

Todo encaja en Desencajados


Luego de la charla abierta que brindó el pasado jueves en el Centro Cultural “La Casa de Enfrente”, el filósofo Darío Sztajnszrajber no quiso irse de Mar del Plata sin antes pasar por el Teatro Roxy para presentarse con “Desencajados”. Perro Que Habla estuvo ahí para contarte, en exclusiva, todos los detalles de un show imperdible.

Ni Darío Sztajnszrajber se haría tantas preguntas para ir a ver un espectáculo de semejante nivel y características. No cabe duda alguna: la respuesta, es un contundente sí. Con Desencajados, el filósofo plantea una propuesta original en la que no falta ni sobra nada; todas las piezas “encajan” rigurosamente para dar forma a un complejo rompecabezas de la reflexión.

Hasta el clima marplatense, en su afán implacable por la contradicción, hizo su parte para que la jornada de ayer fuera aún más especial. Lejos de un caluroso y tradicional viernes de enero, las fuertes lluvias y ráfagas de vientos que protagonizaron el día, dejaron una noche fría pero agradable: ideal para que, pasadas las 22, un Roxy casi repleto pudiera disfrutar de los primeros acordes del bellísimo ¿A dónde van?.

Aquellos infinitos interrogantes que se pregunta Silvio Rodríguez en su canción son, quizás, los exponentes que reflejan de manera más lúcida la propuesta de Sztajnszrajber, donde música y filosofía convergen y se confunden en un mismo mensaje. Así nace uno de los principales conceptos del espectáculo: abandonar la incansable búsqueda de respuestas, certezas y verdades, para “dejarse abrir a la pregunta”.


Con una puesta en escena discreta, se construye un clima muy intímo y personal, donde el público es testigo de reflexiones sobre el amor, el tiempo, lo real, el otro, Dios, y diversos planteamientos existenciales. Pero también aquí hay lugar para la risa: en diferentes oportunidades, el filósofo interactúa directamente con la gente, como si se tratara de un stand-up, para encarnar monólogos con mucho sentido del humor.

Allí encontramos otra de las principales virtudes de Darío: su carisma. Con Desencajados, demuestra que no es sólo una maraña de profundas reflexiones y pensamientos, sino que también baila, actúa, disfruta -por momentos, tanto como sus espectadores- y ríe y hace reír, como cuando revela los “yeites” más utilizados por los filósofos o explica por qué duele el amor, a partir de un extraordinario relato sobre el nacimiento de la diosa de la belleza, Afrodita.


La música, otra de las joyitas del espectáculo. Entre la guitarra de Chino Capici, el bajo de Juan Finger y la percusión de Lucas Wilders, se luce la maravillosa voz de Lucrecia Pinto. Con mucha personalidad, la cantante, que a veces también hace de partener de Darío, logra con un canto dulce, suave y angelical, apropiarse de los himnos de nuestro rock para imprimirle su impronta.

Después de más de dos horas, el show concluye; en realidad, recién comienza. Porque sólo a partir de ese instante, todos aquellos grandes planteamientos existenciales podrán comenzar a germinar y florecer libremente en nuestras mentes. Allí está entonces la verdadera “filosofía” de Desencajados.