martes, 31 de octubre de 2017

Mar del Plata, y un vínculo que quiebra el olvido

Fotografía: Creciente. Diego Izquierdo.
Creada por el grupo marplatense Creciente, en su primer disco “Mareo” (2016), la canción “Un mar tras de una loma” reflexiona sobre el vínculo que une a Mar del Plata con su mar, con la inmensa custodia natural en la que se hunden sus límites y llanuras.

“Es un cuadro que se ve y que no se pintó”, es uno de los versos que se desprende de la dulce voz de Ingrid Bretschneider, y que casi sintetiza la esencia de la primera entrega discográfica de una banda que eligió sumergirse en un género experimental - aún no definido por sus propios autores - pero que encuentra guiños con el tango y la milonga.

A diferencia de otros tramos del disco, que sortea en sus distintas letras una suerte de retrato de Mar del Plata, en la segunda canción de “Mareo” asoma una reflexión sobre el amor pero la mirada más profunda sobrevuela sobre esa masa cristalina que se esconde detrás de la “loma de Colón”.


La banda de raíces marplatenses, y que tiene como principal exponente al guitarrista Leopoldo Juanes, no sólo pregunta el significado del mar sino que también se atreve a una respuesta: es, sostiene, “el llano tibio nexo más cercano”.

No es una reflexión arbitraria ni casual la de Creciente en “Un mar tras de una loma”: es que desde tiempos inmemorables se cuestionó la poca importancia y sentido de pertenencia que Mar del Plata tiene para con la principal belleza que la distingue.

La particular acústica y percusión que construye la atmósfera de la canción, con esos compases inspirados en oleaje del mar, y que se mantienen presentes en el resto del disco, son en definitiva otra respuesta implícita que la banda marplatense ofrece a la discusión. Que el mar, sin rencor al olvido y el desprestigio, también es principio y final.

*Trabajo realizado para la materia "Análisis de la Actualidad", dictada por el profesor Walter Medina. Escueta reflexión sobre una canción.